miércoles, 13 de marzo de 2024

Don Orione recomienda la oración del Ave María

 



¡Oh, jóvenes, Ave, María siempre!


Mis queridos jóvenes,

deben saber que a cada Ave María nuestra

se enciende en el cielo una estrella

y resplandece en honor a la Virgen.

Queridos míos, le podemos ofrecer lirios y estrellas.

Lirios para hacer una alfombra para sus pasos y una corona para Ella.

Estrellas para hacer una diadema para su frente virginal y agregar luz a su aureola.

Lirios que recogen los ángeles y estrellas que entretejen en guirnaldas para Ella.

Lirios que van delante nuestro a prepararnos el camino por el cual pasaremos un día para subir al cielo con la Virgen.

Estrellas que iluminarán nuestro camino al cielo, como lo hicieron con San Benito, y darán un poco de su luz para coronarnos eternamente.

Hacer brotar muchos de esos lirios, hacer resplandecer muchas de esas estrellas

equivale a honrar a María y obtener seguro favor y materno patrocinio para nuestra salvación.

Que crezcan en manojos, por lo tanto, a nuestro paso los lirios;

que se iluminen sobre nuestras cabezas las estrellas en constelaciones.

Y que cada día y cada hora de nuestra vida

y cada batalla del corazón estén señalados y sellados por nuestra oración:

¡Ave, María!

Callen las fieras, los hombres y las cosas,

rosado el ocaso en el azul se esfume,

murmuren las altas cimas ondulantes:

¡Ave, María!

¡Oh, jóvenes, Ave, María siempre!

¡Ave, María y adelante!

¡Ave, María hasta el bienaventurado Paraíso!


Don Orione, mayo 1923


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